El alcohol es otro de los factores de riesgo más frecuentemente implicados en los accidentes de tráfico. Son muchas las muertes que se pueden evitar si todos hacemos un consumo responsable del alcohol y nunca conducimos bajo sus efectos. Por ejemplo, se ha llegado a calcular que de cada 100 accidentes mortales, el alcohol está implicado de uno u otro modo en entre 30 y 50 de ellos.

Todas las personas sabemos que la conducción bajo los efectos del alcohol es peligrosa. Sin embargo, muy pocos conductores saben a qué riesgo se exponen exactamente cuando conducen de este modo. Por el contrario, son muchos los mitos y las falsas creencias que circulan respecto al alcohol y la conducción. Por ello debes ser muy crítico/a con todos estos tópicos erróneos.

Basándote en una información adecuada, como la que te presentamos en esta Guía, debes ser capaz de valorar el verdadero riesgo que va a derivarse de una conducción asociada al alcohol. Además, debes ser consciente de que si sueles beber y conducir, que el accidente se produzca es, nuevamente, una mera cuestión de tiempo.

Finalmente, una prueba de la terrible influencia que tiene la conducción bajo los efectos del alcohol sobre la accidentalidad es la gran preocupación que demuestran tener las autoridades públicas para evitar este comportamiento. Son muchos los esfuerzos que se hacen para acabar con este tipo de accidentes y son cada vez más duras las consecuencias legales que puedes recibir si bebes y conduces.

 

¿Qué es la tasa de alcoholemia? ¿De qué depende? ¿Cómo afecta el alcohol a nuestra capacidad de conducción? Estas son algunas de las preguntas que se contestan en la siguiente Guía editada por la DGT y que puedes descargarte en el siguiente enlace

 

Guía Alcohol y Conducción