La fecha límite para que los gobiernos de la Unión Europea incorporaran a su legislación interna las nuevas normas sobre productos de tabaco expiraba el pasado viernes 20 de mayo.

Los Estados miembros han tenido dos largos años para hacer los deberes pero de momento solo once de ellos -entre los que no está España– han cumplido y concluido el trámite.

Bruselas ha aprovechado esta fecha clave en la agenda para urgir de nuevo a los gobiernos más remolones y concluir una tramitación que tiene un objetivo: reducir el número de personas que mueren cada año por enfermedades ligadas al tabaquismo.